martes, 25 de agosto de 2015

¿Son necesarios los deberes en casa?

¿Son necesarios los deberes en casa?

Cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta y cuántas veces hemos dudado en la respuesta. Quizá sea porque la respuesta no es un SI o un NO, quizá sea necesario reflexionar sobre ello y tamizar posibles soluciones hasta encontrar la receta ideal.

En el enlace que os muestro se debate sobre esta idea. Yo voy a intentar quedarme con lo que he creído interesante en mi caso, pero seguro que a vosotros hay detalles que se me han escapado y que os resultan fundamentales a tener en cuenta.

Desde mi perspectiva de "sufridora" he de decir que he pasado por esa situación de "desesperación" por ser estricta y organizar la tarde de mis hijos y la mía propia en función de los deberes de ellos. Esto traducido a un idioma cercano para todos es "estrés". Ciertamente han habido días... muchos días, demasiados días, en los que lo único importante en las tardes era que los chicos hicieran los deberes. Tardes que se hacían interminables y se juntaban con las noches, a pie de cañón y agobiada porque no le daba tiempo a acabarlos o no le cundía o simplemente no tenía ganas de hacerlos. Tardes de verdadera desesperación.
Se acababa la tarde y el resto de tareas diarias propias (entre ellas momentos de esparcimiento y disfrute con mi familia) ... se quedaban en eso... "pendientes de hacer". Cosas del día a día que pasaban a ser de fin de semana en fin de semana. Con lo cual también repercutía en la calidad familiar. Tiempo para nada y demasiado tiempo de lucha diaria....

Te das cuenta de que el juego con tus hijos ha pasado a un segundo lugar para el que ya no hay tiempo. Te convences pensando que cuando lleguen las vacaciones podrás disfrutar de ellos. Pero llegan las vacaciones y lo primero que haces es organizarlas de nuevo en función de los libros de vacaciones que han de acabar y presentar el día 1 de septiembre. ¡Qué horror!
Cuando das con un chico responsable y dócil... todo rueda sólo. Pero no siempre es así. Los chicos que no trabajan con motivación fallan también en organización, pues nunca es el momento apropiado para ponerse a hacer los deberes.

Estoy de acuerdo en que no a todos los niños hay que mandarle los mismos deberes. Habría que adaptarlos a sus necesidades. Los deberes tendrían que ser más individualizados. No tiene sentido obligarlos a hacer algo que ya controlan y tenerlos las horas repitiendo la misma cantinela.
Se habla en el debate de que con tantos chicos en clase es prácticamente imposible individualizar los deberes. Aquí me viene a la cabeza una fórmula que han estado trabajando con la Marea Inclusiva: "trabaja sobre aquello en lo que hayas fallado, aquello que consideres que no has aprendido bien o aquello en lo que quieras saber más (valor añadido)".  De esta forma se le permite al alumno ser crítico y potenciar su autonomía, a valorar su aprendizaje y seleccionar por sí mismos aquellos ejercicios que realmente necesitan mejorar; Investigar sobre aquello que no hayan entendido bien o simplemente que quieran ampliar.
 
Es hacerles conscientes de sus errores y permitirles tiempo de aprendizaje mientras piensan en ellos e intentan solucionarlos.
 
Esto creo que es una forma de personalizar los deberes y es factible para todas las clases sin importar el número de alumnos que la formen, aunque dependerá también de la edad de los alumnos en cuestión, pero para eso estamos también los padres. De un listado de ejercicios interminable que nos ofrecen con frecuencia los libros de texto debemos ser capaces, con nuestros hijos, de seleccionar aquellos en los que les surja alguna duda e identificar aquellos que domina.
 
Por tanto no creo que la mejor opción sea no hacer deberes por "ley" ni hacerlos por obligación. Ese aprendizaje que no ha quedado consolidado se puede practicar en casa, es lógico que haya que reforzarlo de alguna manera, pero siempre en una medida justa y apropiada a cada niño y a cada edad, sin exceder los tiempos de trabajo y por supuesto respetando los tiempos de juego, porque el juego también es aprendizaje.
 
Y por supuesto si somos capaces de convertir ese aprendizaje en juego mucho mejor. Recordemos que la gamificación también puede traducirse en deberes o viceversa.
 
Las explicaciones y las dudas han de solventarse en la escuela, vale, pero también es interesante que ellos mismos sean autosuficientes y capaces de buscar soluciones, de indagar e investigar hasta dar con la respuesta correcta y si aún así surjen dudas, que sean conscientes y capaces de preguntar, que mantengan vivo el interés de aprender. Si entienden el aprendizaje no como una obligación sino como una oportunidad de crecer, disfrutarán aprendiendo.

Si conseguimos que el alumno aproveche su tiempo en clase, que aprenda, que sea capaz de preguntar lo que no le quede claro, tendremos mucho ganado. Por eso creo que la motivación es clave en el proceso de aprendizaje de los chicos.
 
Crearles un hábito de trabajo no significa tenerlos horas sentados haciendo deberes aburridos, porque en muchos casos obtendremos lo contrario a lo que esperamos: desinterés por aprender.
No es la cantidad de tiempo invertido lo que importa, sino la calidad del mismo.

 
Lanzo aquí una pregunta al aire por si alguien quiere contestarla. Por un lado no queremos que nuestros hijos continúen su "jornada laboral" en casa con una lista interminable de deberes que les impiden jugar, pero y qué pasa si al no tener deberes les cargamos las tardes de "actividades extraescolares". ¿No son también "deberes?.
¿Actividades extraescolares de refuerzo o de evasión?
 Y si el "no tener deberes" lo relacionamos con "podemos estar toda la tarde jugando al ordenador"?
Seguro que son cuestiones que nos surgen a diario ¿lo estaremos haciendo bien?.

No estaría de más que tuviéramos un juego (o varios) recomendado por el maestro o profesor, que esté adaptado a su edad y que sirva como afianzamiento de las materias. En internet hay muchos... pero ... ¿y de mesa, para que podamos jugar y aprender todos y podamos desconectar un rato de tablets y PC's? Y juegos que podamos hacer en la calle, con investigaciones en distintas zonas de la ciudad?...



No sé si esta reflexión pueda servir a alguien de ayuda o de inspiración, pero al menos nos puede venir bien para hacernos un poco más conscientes de que hay tiempo para todo si sabemos organizarnos y gestionar nuestro tiempo.


Por mi parte seguiré aprendiendo a hacerlo y seguiré equivocándome a veces, pero mi mayor equivocación sin duda sería quedarme sin hacer nada, al fin y al cabo la vida en sí misma es un continuo aprendizaje.