La cadena de la empatía

Dejad que comparta con vosotros este vídeo. Es otro más de tantos que hay en la red y que tratan sobre la empatía, pero hoy ha sido éste el que ha llegado a mí y el que me ha tocado la fibra ;).

Ponerse en la piel de los demás no es fácil, sobre todo si son personas a las que no conocemos. Llamémosle miedo a lo desconocido o temor de abandonar nuestra "zona de confort". Pero quizá sea más fácil de lo que pensamos, sólo hay que querer dar el paso y darlo.

A veces pasamos por alto lo que sucede alrededor nuestra, simplemente no vemos, no miramos, no hacemos. Caminamos como si fuéramos el centro del mundo y nuestros asuntos fueran los más importantes.

Os invito a sentaros en un banco, en la calle, en el parque... a observar. Simplemente a mirar lo que sucede a vuestro alrededor e intentad daros cuenta de qué estamos haciendo mal, de qué podríamos hacer para mejorar.

Nada complicado, a veces un simple saludo es suficiente. A veces regalar una sonrisa significa más que hacer un regalo. Esto es una cadena que tiene un inicio pero que no tiene final. Cuanto más feliz te sientes más felicidad eres capaz de dar.

Sé que todo esto suena a utopía y quizá no sea yo la persona más indicada. Posiblemente estaréis pensando que a qué viene todo esto, que son cosas que todos sabemos para que venga yo a contarlo.

Pero ... así soy yo. No soy persona para dar lecciones a nadie, pero me gusta, de vez en cuando, reflexionar en voz alta. Y cuando esas reflexiones no hacen daño a nadie, sino más bien al contrario, las lanzo al aire para que las coja el que las necesite.

Sin más palabrería, os dejo el vídeo.

 

Y añado este otro. De nuestra actitud va a depender la de nuestros hijos.



Aprovecho también para recordaros el llamamiento de la Fundación D. Bosco. ¿Iniciamos la cadena?